Director Kuerpo Activo Internacional
El glucógeno (CARBOHIDRATOS)
Prácticamente la totalidad de los glúcidos (carbohidratos) que
consumimos son transformados en glucosa y absorbidos por el intestino.
Posteriormente pasan al hígado donde son transformados en glucógeno,
una sustancia que sirve como reserva de energía para ser usada en los
períodos en que no haya suficiente combustible disponible en el cuerpo.
Según se va necesitando, el glucógeno se convierte en glucosa, que pasa
a la sangre para ser utilizada en los diferentes tejidos.
También se almacena glucógeno en los músculos, pero esta reserva de
energía sólo se utiliza para producir energía en el propio músculo ante
situaciones que requieran una rápida e intensa actividad muscular
(situaciones de huida, defensa, o de alta pulsación).
El glucógeno se almacena hasta una cantidad máxima de unos 100 gr. en el hígado y unos 200 gr. en los músculos.
Si se alcanza este límite, el exceso de glucosa en la sangre se
transforma en grasa y se acumula en el tejido adiposo como reserva
energética a largo plazo. Cauchitos.
Consumir carbohidratos
será siempre básico para proveer energía a nuestras funciones
metabólicas básicas. Y si no se tiene suficiente glucógeno durante el
ejercicio, no rendirás igual, te agotaras más rápido; consumirás parte
de ese valioso tejido muscular que te ayuda a quemar grasa y a verte en
la mejor forma, además de atentar seriamente contra tu sistema
inmunológico.
Alvaro “METAL” Mora
Especialista en Programas de Bienestar Integral y Desarrollo de la Salud Corporativa
Director General
KUERPO ACTIVO INT – Mercadeo Especializado
Pioneros y Lideres de la Salud y el Ejercicio
Para asesoramiento personal o corporativo
Facebook: Alvaro Mora
El glucógeno (CARBOHIDRATOS)
Prácticamente la totalidad de los glúcidos (carbohidratos) que
consumimos son transformados en glucosa y absorbidos por el intestino.
Posteriormente pasan al hígado donde son transformados en glucógeno, una sustancia que sirve como reserva de energía para ser usada en los períodos en que no haya suficiente combustible disponible en el cuerpo.
Posteriormente pasan al hígado donde son transformados en glucógeno, una sustancia que sirve como reserva de energía para ser usada en los períodos en que no haya suficiente combustible disponible en el cuerpo.
Según se va necesitando, el glucógeno se convierte en glucosa, que pasa a la sangre para ser utilizada en los diferentes tejidos.
También se almacena glucógeno en los músculos, pero esta reserva de energía sólo se utiliza para producir energía en el propio músculo ante situaciones que requieran una rápida e intensa actividad muscular (situaciones de huida, defensa, o de alta pulsación).
El glucógeno se almacena hasta una cantidad máxima de unos 100 gr. en el hígado y unos 200 gr. en los músculos.
Si se alcanza este límite, el exceso de glucosa en la sangre se transforma en grasa y se acumula en el tejido adiposo como reserva energética a largo plazo. Cauchitos.
Consumir carbohidratos será siempre básico para proveer energía a nuestras funciones metabólicas básicas. Y si no se tiene suficiente glucógeno durante el ejercicio, no rendirás igual, te agotaras más rápido; consumirás parte de ese valioso tejido muscular que te ayuda a quemar grasa y a verte en la mejor forma, además de atentar seriamente contra tu sistema inmunológico.
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